La gastronomía de Rusia es muy diversa y se ha desarrollado a lo largo de siglos, integrando influencias de diferentes culturas y regiones del país. Algunos platos típicos de la cocina rusa incluyen:
Borsch: una sopa de remolacha muy popular en Rusia, que puede incluir carne, verduras y hierbas.
Pelmeni: una especie de ravioli relleno de carne picada, que se sirve con crema agria.
Blini: unas crepas delgadas que se sirven con una variedad de rellenos dulces o salados, como caviar, crema agria, mermelada o queso.
Solyanka: una sopa picante y salada que se hace con una mezcla de carne, pescado, embutidos, encurtidos y vegetales.
Shashlik: brochetas de carne marinadas y asadas a la parrilla, muy populares en las barbacoas rusas.
Pirozhki: empanadas rellenas de carne, pescado, verduras o frutas.
Olivier: ensalada rusa hecha con papas, zanahorias, guisantes, pepinillos, huevos cocidos, jamón y mayonesa.
Además de estos platos tradicionales, la cocina rusa también se ha visto influenciada por las cocinas de países vecinos como Ucrania, Georgia y Armenia. La comida rusa tiende a ser abundante, con muchos platos elaborados con ingredientes básicos como papas, zanahorias, remolachas, repollo, cereales y carnes como cerdo, pollo, cordero y pescado. La crema agria es un ingrediente muy usado en la cocina rusa, así como el eneldo y otras hierbas aromáticas.
En cuanto a las bebidas, el vodka es muy popular en Rusia y se suele tomar tanto solo como en cócteles. También se consumen mucho el té, especialmente el té negro, y la kvas, una bebida fermentada hecha a base de pan de centeno con un ligero contenido alcohólico.
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